MONASTERIO DE PRESTADO
En las Memorias de la Familia Fliedner encontramos las siguientes palabras del propio Federico Fliedner:
“… me comentaron sobre una finca pequeña cerca de El Escorial, pero no junto al palacio en lo alto donde la vida está tan cara, sino abajo, en el pueblo, muy cerca de la estación de ferrocarril, donde la manutención es bastante más barata. Bien es verdad que no había casa, era sólo un jardín descuidado, rodeado de las ruinas de unas casas que habían sido presa de las llamas. Pero dentro del jardín había un pozo magnífico; cuando lo examiné más detenidamente, vi que había una bóveda amurallada y los del pueblo aseguraban que por muy caluroso que fuera el verano este manantial daba siempre agua en abundancia. Entonces ya no me preocupó el aspecto descuidado del jardín. Pues en todos los sitios donde hay agua en España, es fácil hacer un edén… los trabajos de construcción duraron casi todo el verano, pues en los muchos días de fiesta, los obreros no querían trabajar y en los domingos no se lo permitíamos nosotros. Pero ahora está terminada la casita con siete cuartitos, el pozo tiene una gran bomba y el jardín va arreglándose poco a poco. Damos gracias a Dios por este lugarcito tan simpático” (Memorias, pág. 94-95)
Con estas palabras, Federico Fliedner se refería al recinto que compró a finales del siglo XIX en El Escorial y con el que, actualmente, sigue contando la Fundación Federico Fliedner.
Tras la compra de este recinto, Federico Fliedner relata en sus memorias que, precisamente en las ruinas que había en ese terreno, se había alojado antaño Felipe II para vigilar la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Y añade “¡quién habría dicho a Felipe II, soberano de dos mundos, que en tiempos de los hugonotes defendió la religión católica con fanatismo en las guerras en Francia y en Italia, que hoy todo ese edificio instalado y destinado para él como concento, se encuentra en manos de un pastor protestante” (pág. 96)
Desde 1880, el recinto allí ubicado ha tenido usos diversos a lo largo de la historia de la Fundación y con el impulso de la Iglesia Evangélica Española. Cada una de las etapas de este recinto ha contribuido a construir y definir la identidad y vocación de servicio de la Fundación:
Desde 1880 hasta la Guerra Civil en 1939, estuvo allí el Hogar Casa de Paz, un hogar de niños huérfanos y una Escuela Primaria.
A partir de 1939 y durante 19 años sólo se mantuvieron allí, y con gran cautela, unas pocas actividades con jóvenes durante el verano.
En 1958 se reabrió la puerta del Hogar con niños en régimen de internado y una escuela privada, actividad que perduró hasta los años 90.
En 1999 el recinto se destinó a la atención de una situación de emergencia en la acogida de refugiados albanokosovares procedentes de la Guerra de Kosovo, un proyecto que fue liderado por CEAR.
Desde 2002 hasta 2016 la Facultad de Teología SEUT desempeñó allí su labor como Seminario para los estudiantes que cursaban teología de manera presencial.
Desde 2016 hasta 2017 abrió allí sus puertas El Monasterio de Prestado como recinto para albergar y ofrecer retiros, encuentros diversos, jornadas, campamentos, talleres, formación y hospedaje a cualquier persona, grupo, Iglesia y organización que solicitase las instalaciones para la celebración de alguno de estos eventos.
En 2017 y 2018 el centro estuvo destinado también a la acogida de refugiados en un proyecto liderado por la Iglesia Evangélica Española y en colaboración con Diaconía.
En febrero de 2022 se ha suscrito un acuerdo con CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) en virtud del cual la práctica totalidad de las instalaciones está dedicada a la acogida de solicitantes de asilo y refugio.
Con distintos fines, pero siempre el recinto que la Fundación tiene en El Escorial ha estado orientado a servir a la sociedad y ha sido un importante punto de testimonio evangélico. Así ha sido reconocido en diversas ocasiones incluso por las autoridades del propio pueblo de El Escorial. De hecho, en marzo de 2018 el Ayuntamiento de la localidad concedió a la Fundación Federico Fliedner la Leal Medalla de Oro de la Villa de El Escorial en reconocimiento a la trayectoria de obra y trabajo social que se ha desarrollado en este recinto históricamente y hasta el día de hoy.