QUIÉNES SOMOS

La Fundación Federico Fliedner tiene como misión acompañar a las personas a lo largo de la vida a través de la acción educativa, la acción formativa y la acción social, tal y como reflejan los Estatutos y el Ideario de nuestra institución.

Todo nuestro trabajo lo realizamos para dar servicio a tres colectivos de personas principalmente:

Comunidad educativa

Ofreciendo educación y formación desde Infantil a Bachillerato en los colegios de la Fundación Federico Fliedner e integrando también la educación universitaria superior a partir de la formadión que imparte la Facultad de Teología SEUT.

Comunidad evangélica

Apoyando a las iglesias evangélicas, las personas que profesan esta fe o desean conocerla mejor, a través de los recursos de los que dispone la Facultad de Teología SEUT, el Taller Teológico, el Centro de Ciencia y Fe, y el Archivo Fliedner.

Sociedad en general

Mediante los proyectos sociales para atender las necesidades de personas y colectivos en situaciones de dificultad, mediante eventos culturales que la Fundación Federico Fliedner organiza y a los que puede acudir cualquier persona interesada.

Nuestra visíon y principios rectores

Nuestra actividad educativa parte de una visión cristiana acerca del ser humano y de la sociedad, enraizándola en la vida, obra y palabra de Jesucristo.

En el marco de nuestra tradición protestante, promovemos, reconocemos y reclamamos los valores de libertad, respeto y tolerancia establecidos, entre otros, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución Española. Por ello, acogemos a alumnos de cualquier procedencia o de cualquier filiación religiosa, así como a los que no la tienen, sin discriminación alguna ni intención proselitista. Desde nuestros inicios la apuesta por la coeducación ha formado parte de nuestro modelo educativo.

La vida espiritual es un camino individual situado en una colectividad, que se arraiga en las cuestiones fundamentales del sentido de la vida y tiene a la construcción de una visión de la existencia coherente y movilizadora, en constante evolución. La visión de la existencia que elabora un individuo y su paso espiritual en sí mismo, le proporciona una base para desarrollarse y progresar en la vida. Esta visión no tiene nada de estática. Es movilizadora. Dinamiza el individuo, le motiva, le arraiga, lo transforma, lo consolida. Lo sitúa en su relación a los demás y al mundo. Lo abre a los demás y al mundo hasta el punto de traducirse en un
compromiso que puede tomar formas diferentes. En suma, le aporta un mejor-estar y un “más-ser” en todos los planos.

La mejora de la sociedad la consideramos desde la perspectiva de la contribución de la persona a la vida colectiva fundada sobre el reconocimiento del valor y de la dignidad de las personas, como una contribución orientada a la construcción de una sociedad más armoniosa y más solidaria.