Estaba formado por fósiles y restos arqueológicos hallados en una finca toledana propiedad de la familia Fliedner; por piedras, minerales, y partes de plantas, insectos y animales que los alumnos encontraban en sus excursiones campestres; por recursos pedagógicos modernos e innovadores de Alemania, Suiza e Inglaterra; por objetos pertenecientes a los más importantes descubrimientos científicos y arqueológicos del momento; y por fotografías y utensilios de gente de lugares recónditos (Asia, África, Norteamérica), que fueron enviados por misioneros protestantes al colegio El Porvenir.